El frenazo de la inflación en los últimos tres meses ha sido considerable. En ese tiempo, ha perdido casi tres puntos y en noviembre se ha situado en el 2,4%, según Eurostat. La pérdida de fuerza ha llegado también a la inflación subyacente, a la que tanto mira el Banco Central Europeo (BCE) para tomar decisiones sobre tipos de interés, que ha perdido seis décimas en un mes, al bajar hasta el 3,6%.
El dato provisional conocido este jueves es algo mayor del previsto en las últimas semanas. Goldman Sachs, por ejemplo, apuntaba a un 2,6%. No obstante, los números que se publicaron en Alemania, España y Francia entre este miércoles y jueves ya señalaban que la inflación de noviembre iba a dar una buena noticia.
La bajada de la inflación este mes acerca más el dato al objetivo del Banco Central Europeo. Sin embargo, no parece que vaya a ser suficiente para que el Consejo de Gobierno abra el debate sobre si ha llegado el momento de empezar a reducir los tipos de interés, ahora en el 4,5%. La propia presidenta de la institución, Christine Lagarde, reiteró este lunes en el Parlamento Europeo que su brújula no señala en esa dirección por ahora. “Esperamos mantener los tipos un tiempo en los niveles actuales durante un tiempo suficientemente largo para que contribuya a restablecer la estabilidad de los precios”, dijo a los eurodiputados.
Este análisis se basa en la incertidumbre que todavía rodea a los precios por la complicadísima situación geopolítica con la invasión de Ucrania y el conflicto en Gaza. También se asienta en un previsible repunte de la inflación en los próximos meses por efectos estadísticos, según vaticinó Lagarde, y en el final de las medidas que los estados pusieron en marcha para combatir la escalada registrada en los próximos años.
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