La mejora en la información fiscal de las multinacionales arroja cada vez más luz sobre las dinámicas que emplean estos gigantes empresariales para reducir su factura tributaria. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el organismo multilateral que más años ha dedicado a estudiar este fenómeno, concluye que más de un tercio (36%) de los beneficios de los mayores grupos del mundo está gravado a un tipo efectivo inferior al 15%. Es más: a este resultado, paradójicamente, contribuyen más los países que tienen impuestos de sociedades con tipos nominales elevados, gracias a los generosos incentivos fiscales que ofrecen.
“Es [algo] que a menudo se pasa por alto, pero es considerable. Estimamos que, en promedio, hay 2,1 billones dólares de ganancias de grandes multinacionales gravadas a tipos inferiores al 15% cada año. De estos beneficios, más de la mitad (53,2%) se reportan en jurisdicciones que no tienen un tipo medio nominal o efectivo menor al 15%”, subraya el organismo multilateral en su último informe Tasas impositivas efectivas de las empresas multinacionales: nueva evidencia sobre los beneficios globales con bajos impuestos, publicado este martes.
El estudio da un giro con respecto a los análisis habituales sobre la tributación de las multinacionales, que suelen centrarse en el tipo nominal del impuesto de sociedades y los beneficios que se desvían a los paraísos fiscales. En este caso, el foco está puesto en cómo se distribuyen los beneficios corporativos en el conjunto de jurisdicciones y en las ventajas que varios países, muchos de ellos en el seno de la Unión Europea, contemplan para determinadas actividades y empresas. El resultado es el antes mencionado: también en Estados con impuestos de sociedades considerados elevados —tipos legales por encima del 15%—, hay ganancias empresariales gravadas a tipos irrisorios.
“Los beneficios pocos gravados son comunes, y (…) existen fuera de las jurisdicciones de fiscalidad laxa”, sentencia el análisis, que incorpora la información agregada de las mayores multinacionales del mundo —con beneficios de más de 750 millones de euros—, en 222 países y jurisdicciones. Cerca de un 13% de sus ganancias totales —unos 750.000 millones— están gravadas por debajo del 5%; otro 23% de los beneficios soporta tipos de entre el 5% y el 15%.
Si se consideran todos los beneficios empresariales que tributan por debajo del 15%, solo el 18,7% se corresponde a territorios de baja fiscalidad, lo que “resalta el importante papel que desempeñan los incentivos fiscales en muchos sistemas”. Las jurisdicciones con impuestos elevados acaparan más del 10% de las ganancias que pagan tasas superreducidas en el impuesto de sociedades, inferiores al 5%. Es el caso de países
El informe Evasión Fiscal Global 2024, publicado en octubre por el Observatorio Fiscal de la UE, justo pone el acento sobre esta tendencia: destaca la irrupción de nuevas formas de competencia fiscal entre países debido a que ya hay poco margen para rebajar los tipos impositivos nominales tras 20 años de recortes. “Un número creciente de economías ofrecen regímenes fiscales especiales a individuos ricos y subsidios a corporaciones”, señala.
Entre ellos están los tratamientos especiales que algunos países dan los gastos en I+D, que según el think tank con sede en París se han vuelto cada vez más generosos, o las distintas políticas fiscales sobre dividendos y bienes intangibles.
“Los datos indican que la erosión de las bases imponibles y el traslado de beneficios siguen existiendo, lo que destaca la importancia de poner en marcha el acuerdo fiscal internacional”, señala la OCDE, en referencia al pacto global alcanzado en su seno en 2021 para poner coto a la elusión fiscal de los grandes grupos. Una de las herramientas que se están acabando de pulir para lograrlo es la imposición de un tipo efectivo de sociedades a escala mundial del 15%.
Freno en los recortes del tipo nominal
El tipo legal del impuesto de sociedades es el que cada jurisdicción fija en su normativa, y que en los últimos 20 años ha sido víctima de una desenfrenada carrera a la baja a nivel global. “Las tasas nominales cayeron de forma dramática entre 2000 y 2020″, señala la OCDE, del 28,1% al 21,3%. “En los últimos tres años, en cambio, se han mantenido estables”, añade. Desde el estallido de la pandemia hasta ahora ha permanecido en promedio en el entorno del 21,1%.
Sin embargo, esta magnitud no ofrece una foto completa de la carga fiscal que las multinacionales soportan en cada jurisdicción, ya que no refleja la existencia de regímenes especiales o las ventajas diseñadas para determinados tipos de actividad o ingresos. De hecho, la tasa efectiva media, que se acerca más a lo que realmente pagan las empresas, ha seguido reduciéndose en los últimos años, aunque a un ritmo menos intenso que en periodos anteriores. Entre 2017 y 2022 el recorte ha sido de 1,5 puntos porcentuales, desde el 21,7% al 20,2%. La OCDE calcula que, en una misma jurisdicción, la tasa efectiva media suele ser 6,9 puntos inferior a la nominal.
“El tipo medio efectivo a menudo es muy distinto al legal y hay grandes diferencias entre jurisdicciones. Tipos efectivos medios inferiores al 15% se concentran en los llamados hub de inversiones —aquellos donde la rentabilidad por empleado es mucho mayor—”, desataca el informe. En estas jurisdicciones, el beneficio medio por trabajador supera los 1,7 millones de dólares, debido a que hay un desvío masivo de beneficios a estos lugares, frente a los 290.000 de media del conjunto de territorios.
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