ACB jornada 11
Han sido 651 días, 21 meses, 93 semanas. Desde el 13 de febrero de 2022 hasta este domingo. Así ha transcurrido de principio a fin la larga travesía de Carlos Alocén para volver a jugar un partido de baloncesto. Desde que hace casi dos años se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda con la camiseta del Real Madrid hasta regresar a la pista con la camiseta blanca en el encuentro de la ACB contra el Morabanc Andorra (victoria local en el WiZink por 85-76), con un punto, una asistencia y tres rebotes en 7m 34s en la cancha. Entre medias, un calvario por los continuos altibajos de una recuperación que se ha estirado mucho más de lo previsto y que precisaba de la completa confianza del base zaragozano en su estado físico y mental para subirse en marcha a un tren de alta velocidad como este Madrid.
Vuelve Alocén y vuelve una de las grandes joyas del baloncesto español. Cerca de cumplir los 23 años (el 30 de diciembre, día también del aniversario de LeBron James y Tiger Woods), el base de 1,94m retoma tras mucho sufrimiento una carrera destinada a cotas de altura. Hijo de Alberto Alocén, que disputó 152 partidos ligueros con el Huesca entre 1983 y 1990, el chico se estrenó en la ACB con el Zaragoza el 30 de octubre de 2016, precisamente ante el Real Madrid. Contaba solo 15 años y 10 meses, se convirtió en el debutante más joven de los aragoneses y evocó la precocidad y el talento de Ricky Rubio. El conjunto madridista lo fichó en julio de 2019 para dejarlo un año cedido en su club de cuna. Ese curso anterior y el siguiente fue nombrado el mejor jugador joven de la Liga, un doblete solo festejado antes por Luka Doncic. En la casa blanca ya formó en 38 partidos ligueros en la temporada 2020-21 (4,7 puntos y dos asistencias de media) en el inicio de lo que parecía una carrera sin freno. Pero la cuenta se detuvo en los 11 encuentros de ACB del curso posterior, 86 entre todas las competiciones desde su aterrizaje. Hasta que en el minuto 28 del Unicaja-Madrid de aquel 13 de febrero de 2022, en una entrada a canasta en forcejeo con Alberto Díaz, el cruzado de la rodilla izquierda crujió. Comenzó la pesadilla.
“Hemos tenido mucha paciencia”, resumía el técnico blanco, Chus Mateo, acerca de esta larga travesía. El Madrid reforzó su confianza en el chico ampliando su contrato, que finalizaba en el verano de 2024, por un año más, mientras se eternizaba su recuperación. “Se ha hecho muy largo, mucho más de lo que esperaba, pero hay cosas que no podemos controlar. El trabajo ha merecido la pena. Tenía ya la tripilla revuelta desde el viernes, cuando me dijeron que iba a jugar”, ha comentado este domingo el base.
El regreso del zaragozano abre también un nuevo escenario en la selección española. Alocén era una pieza de lujo en las categorías inferiores, oro europeo sub-16 y plata sub-20, y con la absoluta se vistió en seis encuentros internacionales a las órdenes de Sergio Scariolo, aunque no llegó a participar en una gran cita. Su lesión de cruzado, unida a la misma dolencia de Ricky Rubio y a la renuncia de Sergio Rodríguez, condujeron a la nacionalización exprés de Lorenzo Brown para el Eurobasket de 2022. El joven Juan Núñez se unió a la competencia en el puesto de base en el último Mundial. Y con los Juegos a la vista, una plaza en esa posición se cotiza muy cara. Brown fue baja en la Copa del mundo para recuperarse de un problema en un hombro y apunta a fijo en París; Núñez se ganó repetir con la Familia después de su paso al frente con los mayores en el último campeonato y es la gran apuesta de futuro para ser el director de orquesta; y Alberto Díaz encaja como nadie en el perfil de especialista defensivo. Y todo ello bajo la incógnita del posible regreso de Ricky Rubio tras su paréntesis por salud mental. El abanico se despliega para Scariolo, y solo una vuelta de Alocén a un nivel altísimo le permitiría hoy por hoy concursar para los Juegos.
La necesidad de minutos podría abrir incluso la posibilidad de una cesión hasta final de temporada, opción viable en la ACB hasta el límite del 28 de febrero. No será fácil encontrar un hueco noble en un Madrid que enlazó 19 victorias seguidas y en el que en su posición vuelan Campazzo y Sergio Rodríguez. El argentino (32 años) y el canario (37) acumulan grandes actuaciones, pero precisarán también un relevo generacional. Alocén ha esperado su momento: 651 días de lucha son un aprendizaje que curte para siempre.
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