Robert Fico ha vuelto por todo lo grande a la política eslovaca. El ex primer ministro populista, nacionalista y prorruso, que ha hecho campaña prometiendo parar la ayuda militar a Ucrania, ha ganado las elecciones legislativas celebradas este sábado, con un 22,9% de los votos y 42 escaños, con el escrutinio prácticamente finalizado, al 99,98%. Como es habitual en el fragmentado escenario político de Eslovaquia, el ganador no suma una mayoría parlamentaria suficiente para gobernar y deberá buscar alianzas. Progresívne Slovensko (Eslovaquia Progresista, PS), liderada por un eurodiputado liberal y proeuropeo, ha quedado segunda, con el 17,9% de papeletas y 32 escaños, y no renuncia a buscar una coalición alternativa.
La llave del Gobierno la tiene la tercera fuerza, Hlas (Voz), de Peter Pellegrini, exaliado de Fico y ex primer ministro de centro-izquierda y proeuropeo, con el 14,7% de apoyos y 27 escaños. El partido de extrema derecha Republika, que los analistas temían que llevase a radicalizar aún más el Gobierno de Fico, ha quedado fuera del Consejo Nacional, el Parlamento unicameral de 150 escaños, al no superar el umbral del 5% de votos, con un 4,7%. Sí ha conseguido volver, sin embargo, el Partido Nacional Eslovaco (SNS), una formación nacionalista que ha obtenido un 5,6% de los votos y cuyo presidente ya se ve en el Gobierno, según la prensa local. La formación tiene entre sus miembros a conspiradores, homófobos y simpatizantes del presidente ruso, Vladímir Putin. Con Hlas y SNS, Smer-SD (Dirección-Socialdemocracia eslovaca), el partido de Fico, tendría suficiente para sumar una mayoría de 79 diputados. Fico celebró exultante sus resultados en la madrugada de domingo, rodeado de sus aliados más fieles en el balcón de la sede de su partido en Bratislava.
Sobre Fico pesa la funesta sombra del último de sus tres mandatos previos: el asesinato de Jan Kuciak, un periodista de investigación y su esposa, en 2018. El reportero investigaba las conexiones del Ejecutivo de Smer-SD con la mafia italiana, y casos de corrupción. La sociedad eslovaca salió en masa a la calle y en una suerte de despertar político, dijo basta hasta que tumbó al Gobierno y el entonces primer ministro dimitió. Decenas de sus colaboradores y altos cargos en la policía, la justicia y el mundo empresarial han sido condenados o están siendo juzgados por corrupción y otros crímenes.
Este sábado, apenas cinco años después de aquellos acontecimientos, Fico ha vuelto a ganar gracias al malestar que han generado dos crisis consecutivas mal gestionadas por un Gobierno inestable con la promesa de volver a la estabilidad y la seguridad. La primera crisis fue la de la pandemia de la covid; y la segunda, la ocasionada por la guerra en Ucrania en forma de inflación general, con especial impacto en el precio de la energía.
La versión de Fico que ha ganado estos comicios es la más radical de su carrera política hasta el momento. El veterano político ha atacado el liberalismo y todo lo que viene de Occidente, incluyendo Estados Unidos, la OTAN y la UE, y ha señalado la guerra en Ucrania como la causa de las dificultades económicas que padece la población. Como el dirigente ultraconservador húngaro Viktor Orbán, el mejor aliado que le quedaba a Rusia en la UE, ha condenado las sanciones a Rusia y ha prometido dejar de enviar armas a Kiev. Orbán, que encuentra en Fico un posible aliado en el Consejo Europeo, donde ejerce con frecuencia su derecho al veto, ha celebrado en un mensaje en la red social X (antes Twitter), la victoria del vecino eslovaco: “¡Adivinen quién ha vuelto! Enhorabuena a Robert Fico por su indiscutible victoria en las elecciones parlamentarias eslovacas. Siempre es bueno trabajar junto a un patriota. ¡Esperamos con impaciencia!”.
Guess who’s back! Congratulations to Robert Fico on his undisputable victory at the Slovak parliamentary elections. Always good to work together with a patriot. Looking forward to it! 🇭🇺🇸🇰 pic.twitter.com/JHIlYWKX6c
— Orbán Viktor (@PM_ViktorOrban) October 1, 2023
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“Una mala noticia”
Michal Simecka —el dirigente que ha llevado a SD al segundo puesto, pero no ha conseguido ganar— afirmó en rueda de prensa que la victoria de Smer es “una mala noticia” para el país. Su formación, aseguró, seguirá trabajando para intentar evitar que Fico cimente su cuarta legislatura. “Gestionaremos este mandato lo más responsable y seriamente posible”, dijo Simecka, y subrayó que la decisión última está en manos de Hlas.
Además de Hlas, el PS necesitaría sumar el apoyo de los diputados de otras formaciones. La coalición de centroderecha liderada por OL’aNO, el partido del Gobierno que cayó en diciembre en una moción de censura y cuya gestión ha sido desastrosa, ha conseguido 27 escaños. El liberal SaS (Libertad y Solidaridad), el socio más natural para el PS, ha logrado 11, con el 6,3% de apoyos. Los democristianos de KDH tienen 12 escaños.
Pellegrini, a quien se dirigen todos los ojos en Eslovaquia, reemplazó a Fico tras su dimisión en 2018 y concurrió al frente de Smer en las elecciones de 2020, que perdió. Tras fuertes disputas internas, se marchó con sus colaboradores y fundó Hlas, que en sus primeras elecciones ha logrado un tercer puesto. Su figura es una de las que más confianza genera entre los votantes y tiene credenciales moderadas. Durante la campaña, rechazó cualquier coalición con los ultras de Republika. Ahora deberá decidir si vuelve a acercarse a su predecesor para alejar al país del consenso de la UE y la OTAN o si facilita un Gobierno proeuropeo y liberal.
La presidenta, Zuzana Caputova, es quien encargará formalmente la formación de Gobierno. Lo previsible es que se lo pida a Fico, ganador indiscutible de los comicios. El mismo hombre al que Caputova ha denunciado por difamación después que este la acusara de traición y de ser una agente de Estados Unidos.
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