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Ni el cansancio ni las emociones intensas pudieron frenar a la selección española de fútbol masculino, que celebró con una pasión arrolladora su cuarta Eurocopa. Doce años después de su último triunfo europeo, el equipo llegó a la plaza de Cibeles en un autobús descapotable, acompañado de una multitud de aficionados que habían recorrido kilómetros para celebrarlo con ellos.
La jornada comenzó con visitas institucionales a los palacios de la Zarzuela y la Moncloa, donde la familia real y el presidente del Gobierno recibieron a los elegidos. La celebración continuó en el Palacio de Comunicaciones, sede del Ayuntamiento de Madrid, donde los futbolistas realizaron un espectáculo de salsa y hablaron del futuro, incluido el Mundial de 2026.
A pesar del largo día y la ajetreada noche, los jugadores mostraron una mezcla de diversión y emoción. El vuelo de regreso desde Alemania se retrasó debido a las estrictas medidas de seguridad, pero eso no afectó la alegría a bordo del avión, donde hubo risas, cantos y discursos improvisados.
Álvaro Morata y Luis de la Fuente abrieron el avión con la copa en la mano, seguidos por un eufórico Pedro Rocha. A continuación, el equipo se dirigió al Palacio de la Zarzuela donde fueron recibidos por los Reyes y sus hijas ataviados con camisetas de Dani Olmo. VI. Felipe agradeció el esfuerzo del equipo y les regaló una camiseta de «Reyes de Europa».
El programa sufrió retrasos, pero los seguidores esperaron pacientemente en Cibeles. El autobús del equipo, decorado de rojo con la inscripción «Campeones de Europa», recorrió las calles de Madrid acompañado de aficionados entusiasmados que coreaban «¡España, España!
El recorrido incluyó paradas emblemáticas como la Plaza de Colón, que evocan recuerdos de celebraciones pasadas. Los jugadores charlaron con los aficionados desde el autobús mientras bebían cerveza y desafiaban el calor. La llegada a la Puerta de Alcalá marcó el punto culminante de la celebración, con la Plaza de Cibeles llena hasta los topes.
Al subir al escenario, Álvaro Morata se convirtió en el maestro de ceremonias, quien declaró: «¡Somos el mejor país del mundo y los campeones de Europa!». Los jugadores se presentaron uno a uno, con momentos conmovedores y cómicos que conmovieron al público.
La fiesta continuó con cantos y bailes, destacando las actuaciones de Lamine Yamal, Nico Williams y Cucurella. Luis de la Fuente acabó la velada feliz y agradecido con el «Quijote» de Julio Iglesias junto a su amigo Patxi Salinas. La celebración fue una muestra del espíritu y unidad del equipo y su afición, dejando claro que nada es imposible para el equipo.
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